Presentación

Un grupo de amigos decidimos, hace ya algunos años, ampliar nuestros conocimientos creando, para ello, la que se denominó “ACADEMIA DE LAS CIENCIAS”. Se entendió que, lejos de encerrarse en un pequeño mundo, era conveniente ampliar miras tanto en los temas a tratar como en las personas especializadas en los mismos.

Esta organización tiene, entre sus objetivos, ampliar conocimientos y generar opinión sobre los más variados temas.

El 19 de octubre de 1990, quedamos inscritos como “ACADEMIA DE LAS CIENCIAS” en el Registro de Asociaciones Culturales del Gobierno Vasco.

Tras celebrarse a lo largo del año 2010 el XX Aniversario de su fundación, los asistentes a los diferentes actos, acordaron la creación de este blog mediante el cual desean dejar constancia de las personas que han asistido y facilitar la participación de los/as interesados/as a través de sus opiniones sobre cada uno de los temas tratados.

Deseamos animaros a participar en este Blog y, por supuesto, a disfrutar de las nuevas ponencias de nuestros invitados y como siempre estarán en la vanguardia de la noticia.

viernes, 9 de mayo de 2014

Dª TERESA RODRIGUEZ Y Dª BLANCA GARCÍA DE LA TORRE - “Educar hoy, una aventura diaria”



Desde que comencé mi labor educativa allá por el año 1985 la educación ha cambiando y evolucionado constantemente. No sólo han ido  cambiado los contenidos y las formas de enseñar sino también los medios, tanto técnicos como humanos. En aquellos años no teníamos fotocopiadoras y mucho menos ordenadores. Había más niños y niñas por aula, en los centros se estaban implantando nuevos modelos lingüísticos, escaseaba el materia para trabajar en euskera y muchas veces funcionaba el arréglatelas como buenamente puedas. Luego con mucho esfuerzo y tesón fuimos consiguiendo que las cosas fueran mejorando a la par que mejoraban los medios técnicos. Así durante un tiempo podemos decir que esa evolución fue en la mayoría de los casos positiva hasta que llego la crisis y empezamos a dar marcha atrás y a desandar el camino recorrido y con ello a aparcar proyectos por falta de presupuesto y personal. De todas formas, no todo ha disminuido en estos tiempos, hay algo que aumenta con los años como son la burocracia y los protocolos y el malestar de los docentes por vernos obligados a realizar más trabajo, con más alumnado y con menos recursos.
Pero no sólo han cambiado los centros educativos, también las familias y con ellas la  sociedad y esta reclama que  hoy en día la labor de la escuela no sea sólo enseñar unos contenidos y técnicas de estudio sino que realice una labor que hasta hace unas décadas correspondía a las familias como es educar (con lo que conlleva). Educar abarcando un gran abanico de campos: valores, normas, trabajo de las emociones, educación vial, enseñar a comer, convivencia… No es que antes la escuela no lo hiciera, estaba implícito en su trabajo diario, pero no estaba sola, cada familia realizaba esta labor con sus hijos e hijas, era su derecho y su obligación y la escuela completaba este esfuerzo y trabajo. Pero en la actualidad los derechos de muchos  padres-madres han aumentado en la misma proporción que han disminuido sus obligaciones, por lo que la sociedad exige a los centros educativos que sean ellos los que llenen es vacio formando y educando a cada alumno de una forma integral y total.
Otro factor que influye en la labor educativa es la inmigración. Hace unos años ésta apenas estaba presente en los centros pero hoy en día es algo normal sobre todo en los centros públicos. Sin embargo en éste campo todavía nos queda camino por recorrer. Pero sobre todo hace falta más apoyo y recursos para poder realizar una integración aceptable y con un mínimo de calidad.
Para finalizar,  decir que la educación de este país iría mucho mejor si ésta no estuviese ligada a los intereses políticos de los sucesivos gobiernos, porque para que un sistema educativo funcione no se puede cambiar cada vez que cambia la composición del gobierno y menos sin tiempo y sin un presupuesto adecuado.
Teresa Rodríguez
 
REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN
Al igual que le sucede a mi compañera Tere, desde que me dedico a la enseñanza he apreciado que la educación ha cambiado. Y supongo que lo seguirá haciendo, porque si no fuese así empezaría a preocuparme. Lo que hay que analizar detenidamente es si los cambios que se han experimentado han sido positivos o, por el contrario, hemos ido hacia atrás en el tiempo.
Es evidente que actualmente se cuenta con muchos más medios, menos alumnado en las aulas (aunque siguen siendo demasiados), nuevas tecnologías, idiomas diferentes, diversas culturas… Pero la tarea de educar se ha puesto cada vez más difícil.
Lo que más me llama la atención es que todo el mundo sabe cómo se ha de enseñar y  opina sobre cómo tenemos que realizar nuestro trabajo los enseñantes. Y el caso es que los que nos dedicamos a ello cada vez lo tenemos menos claro y cada día nos encontramos con más obstáculos que superar.
Primero nos topamos con la administración, nuestros jefes, que lo organizan todo desde la comodidad de un despacho y no se paran a considerar que ni el profesorado ni el alumnado somos piezas de un puzzle. En un aula nos encontramos a veintiséis personas, en mi caso, con una historia detrás de cada una de ellas; con diferentes necesidades, gustos, inquietudes, apetencias… y distintos grados de implicación y motivación. Hay que hacer que cada una de estas personas tenga su espacio y su tiempo, pero al mismo tiempo se integre en un grupo que camina hacia un mismo destino. Y esto no es nada fácil.
En segundo lugar nos encontramos con las familias de esas veintiséis personas, que piensan que sus hijos e hijas deben de ser los únicos en la clase y que el profesorado está a su servicio exclusivo. Y lo más grave es que los niños y las niñas vienen con la misma idea.
El tercer escalón lo ocupan las instituciones. Se creen que todos los problemas de la sociedad se van a solucionar en las escuelas, pero se olvidan de que el trabajo que se inicia en los colegios hay que continuarlo fuera de ellos.
Y por último, y no por ello menos importante, nos encontramos con los propios compañeros y compañeras. Tenemos la mala costumbre de pensar que nuestra labor es la más importante y que cada uno de nosotros tenemos muchas más necesidades que el resto del profesorado.
Ahora mismo os estaréis preguntando que por qué nos dedicamos a esto. La razón es bien sencilla. Cuando estamos dentro de nuestra clase y nos aislamos de lo que pasa fuera, disfrutamos con lo que hacemos. Afortunadamente el día a día nos recompensa, sobre todo a los que nos dedicamos a los más pequeños, con graciosas anécdotas y pequeñas muestras de cariño que nos hacen sonreír a pesar de todo.
                                                    Blanca García de la Torre
Vitoria-Gasteiz 09/05/2014



D. Antón Bilbao - “Lo contemporáneo en una ciudad volcada con lo histórico”


 

Por Antón Bilbao

Una de las ideas sobre la que giró mi participación en esta reunión de la Academia de las Ciencias fue la de la contradicción que supone el hecho de que sea el arte del tiempo que nos toca vivir, el arte contemporáneo, aquél al que más difícilmente nos acercamos, y si lo hacemos es con inevitables reservas. Esto no es exclusivo de Vitoria-Gasteiz, naturalmente; es algo generalizado en una sociedad como la española, por ejemplo, que atravesó un extenso desierto cultural en el tramo central del siglo XX. Es un fenómeno relativamente común en sociedades avanzadas, cercanas a nosotros, aunque quizás menos extendido. Lo queramos  o no, el deportes es la sección más leída de los periódicos, y la cultura la que menos.
 

Y este es el momento en el que, hace doce años, aterriza Artium en Vitoria-Gasteiz. La nuestra es una ciudad volcada con su historia y orgullosa de ella, aunque posiblemente no conozcamos muchas cosas de ella. Toca empezar a instilar en el tejido social vitoriano un suero que hasta la fecha había sido escasamente recetado.

  La genialidad de unos visionarios que comenzaron a coleccionar arte contemporáneo hace cuarenta años no implica necesariamente el entusiasmo generalizado hacia la idea. Ni su conocimiento. Lo cierto sin embargo es que hoy constituye un patrimonio público, patrimonio de Álava, irrepetible y de valor incalculable.

 El trabajo diario es hacer que esa condición sea entendida y apreciada por cuantos más ciudadanos mejor. En ello se vuelca el museo con sus recursos, que son recursos culturales y artísticos; y para ello necesita el museo el apoyo de las instituciones, en especial de las que en la ciudad tienen mayor capacidad de difusión entre la ciudadanía. A modo de ejemplo, no siendo Artium un proyecto creado con fines turísticos, como puede suceder con otros proyectos, incluso proyectos nominalmente culturales, lo cierto es que estamos convencidos de que puede ser un recurso más de la ciudad, y uno no poco importante, dentro de su política de atracción turística.

 Este encuentro con los miembros de la Academia de las Ciencias ha sido una experiencia fantástica; quiero agradecer a todos la invitación a sumarme a su grupo, la oportunidad de explicar algunos detalles de este proyecto y el afecto que sentí a lo largo de toda la velada.
.
 


Vitoria-Gasteiz 04/04/2014