Por Antonio Rivera
La imagen de Vitoria se ha
forjado en el tiempo a través de una serie de referencias y recuerdos
seleccionados de la historia del último siglo y medio.
Es reconocible a muchos
efectos la Vitoria liberal decimonónica creada en los años de la "Atenas
del Norte" y que se prolonga hasta la propia guerra civil de 1936.
Después del tránsito
impreciso del primer franquismo, de la Vitoria más clásica y ensimismada, la
industrialización, la inmigración y el "boom" urbano trastocaron la
ciudad, pero para finales del siglo ya habíamos logrado de nuevo tener una
imagen precisa de la misma y de su idiosincrasia (o al menos la imagen común
que teníamos nos servía y la teníamos por general).
El inicio del siglo XXI,
con las grandes transformaciones globales, está afectando a nuestra imagen de
ciudad, de manera que esta se difumina y pierde, y nos encontramos -es la
opinión que pretende plantear el comentarista de esta cita- presos de la
incertidumbre, sin saber no solo hacia dónde ir, sino tampoco mediante qué
referentes o estrategias.
Se podría decir que la
ciudad se nos va de las manos en tanto que se nos dificulta su comprensión,
proceso que encierra consecuencias de enorme calado
Vitoria-Gasteiz 06/06/2014