Por:
Ángel Resa
DATOS PARA UN DRAMA.-
-En la primera quincena de
enero de 2103 el Diario de Noticias de Álava firmó un ERE de extinción de
empleo para doce trabajadores.
-El 28 de febrero cerró la
emisora Punto Radio en Vitoria y cinco trabajadores van al paro.
-Desde 2008, la profesión ha
perdido 10.000 empleos.
-El 48% de los periodistas
en activo teme perder su empleo este año.
-Progresiva externalización
de las redacciones, hasta el punto de que según la Federación de Asociaciones
de Periodistas de España (FAPE), el 15% ya es autónomo. Una figura mucho más
barata para los medios, que se ahorran las cotizaciones a la Seguridad Social.
-Es el único oficio con
becarios de más de 30 años o considerados como tales.
-Demasiados sueldos
irrisorios, por debajo del mileurismo.
-El gremio más afectado por
el desempleo tras la construcción. Después de la ‘burbuja inmobiliaria’ ha
llegado la ‘burbuja informativa’.
-Ninguna profesión sufre
tanto instrusismo como esta. Basta un máster de ocho meses para trabajar en los
medios, mientras nosotros no podemos defender a un reo con un curso en Derecho
de la misma duración, por ejemplo.
-Las redes sociales sirven
para comunicar, pero no son periodismo. Se requiere el filtro ético del
profesional para separar lo importante de lo accesorio.
-Internet es buena en sí
misma porque democratiza la información, pero al amparo del anonimato sirve
para insultar.
-Existen oficios
imprescindibles, vinculados a la sanidad y la educación.
-Existen oficios necesarios
como el nuestro. No se trata de llorar solo por el drama laboral que aqueja a
la profesión. La sociedad se juega algo importante sin periodismo, un servicio
social que desvela irregularidades y controla al poder.
-Sin periodistas no hay
periodismo y sin periodismo no hay democracia.
-Los profesionales creemos,
equivocadamente, estar por encima del bien y del mal. Criticamos al resto de
sectores, pero nos falta introspección para desnudar nuestras propias miserias.
-Perdemos crédito con el
periodismo político de trincheras y el deportivo de vuvuzela. Si el oficio es
esto yo me bajo en marcha.
-El periodismo inició su
deriva cuando los economistas sustituyeron a los redactores en los puestos de
mando.
-Independientemente del
soporte y el avance de la tecnología, el periodismo siempre se nutrirá de
historias humanas bien contadas.
-En Vitoria falta un plan
estratégico a largo plazo y al margen de los resultados electorales.
-Lo hubo, gustara a unos y
no a otros, durante el largo mandato (1979-1999) de José Ángel Cuerda. Aquel
alcalde o ‘el alcalde’ por antonomasia tenía Vitoria en la cabeza.
-Se le puede criticar, sin
duda, que vendiera tan caro el suelo para edificar pisos en una capital llana
para sufragar el alto coste de los equipamientos sociales como los pioneros
centros cívicos. Una generación de jóvenes salió damnificada.
-La ciudad se movió en torno
a dos ejes: la solidaridad (ayudas sociales), la calidad de vida y los derechos
civiles. La Vitoria conservadora, tradicional y provinciana se convirtió en una
referencia progresista. Cuerda me confesó en una entrevista que la decisión más
difícil y la que más satisfecho le había
dejado fue firmar una noche en su despacho, y en contra de la recomendación del
PNV, el Registro de Parejas de Hecho.
-Para todo ello se requiere
alguien que lidere, no sometido a la rígida partitocracia de cada formación
política, un relativo verso suelto.
-A Cuerda se le podía
achacar una tendencia al despotismo ilustrado, pero él se sentía con autoridad
moral y respaldo en las urnas para buscar, según sus criterios, lo mejor para la
ciudad.
-No escribo una oda al
caudillismo ni un ataque a la democracia, Montesquieu me libre. Tenemos un
fraccionamiento político con el que hay que vivir, que precisa acuerdos. He
oído defender la mayoría absoluta como único medio de que Vitoria avance, pero
no sería necesaria con más generosidad de los dirigentes, más ciudadanía y
menos partitocracia.
-El ejemplo lo tenemos a 65
kilómetros. El proyecto Ría 2000 de regeneración de Bilbao, apoyada en el icono
del Guggenheim, se aprobó por unanimidad, desde HB hasta el PP.
-Esta es la ciudad de las
maquetas que nunca acaban en edificios. La del Auditorio de Alfonso Alonso en
el Paseo de la Música; la del BAI Center de Patxi Lazcoz en la Plaza de
Euskaltzaindia…
-Somos el hazmerreír de
arquitectos con prestigio y premios internacionales. Navarro-Baldeweg o Mariano
Bayón ganan y no ven sus obras levantadas.
-La falta de una idea de
ciudad nos lleva a tapar socavones. El de la vieja estación de autobuses con el
Artium o la nueva en el cráter del fallido BAIC.
-Lo que alguien quiere
construir lo derriba el siguiente regidor con un mero soplo porque solo tumba
maquetas. Me recuerda al cuento de ‘Los tres cerditos’.
-No basta con culpar a
nuestros representantes. Los vitorianos también llevamos en el pecado la
penitencia. Estamos acostumbrados a un alto nivel de vida y nos quejamos por
todo. Es una ciudad difícil, con demasiados ombligos particulares a falta de un
ombligo común.
-Todo se somete a debate. El
ejemplo más representativo, la remodelación de la Plaza de la Virgen Blanca.
Run-run permanente hasta que se hizo la obra. Después, las discusiones se
evaporan como pompas de jabón. Demasiados debates estériles.
-El victimismo va en nuestra
sociología. Pero, cuidado, también lo alimentan desde fuera al considerar que a
Vitoria le falta el lábel de la singularidad vasca. ‘Vaya Semanita’, el
programa que más ha hecho por la normalización de Euskadi, insistía en la
rivalidad Bilbao-San Sebastián con Vitoria como sitio residual.
-Nos enzarzamos en asuntos
accesorios cuando en otros lugares lo hacen sobre temas de primera necesidad.
BONDADES.-
-Por supuesto que Vitoria
tiene cosas buenas, muchas. Por ejemplo, una calidad de vida que solo valoramos
por comparación o cuando nos atacan desde fuera.
-Una ciudad cómoda,
probablemente mejor para vivir que para enseñar.
-Nuestra apuesta ambiental
con una integración de la naturaleza en el término municipal. Espléndido anillo
verde o el bosque de Armentia, por ejemplo, sin salir del municipio.
-Un patrimonio notable en un
Casco Histórico singular, muy superior al de capitales del entorno. Lástima que
una vez más las rencillas políticas hayan terminado con la recuperación
iniciada por la Arich. El PP no ve en el barrio caladero de votos y Bildu siempre
lo ha considerado un espacio suyo.
-La ‘gran desconocida’ se va
quitando los velos que la cubrían. Funciona la publicidad boca-oído de gentes
que la visitan y hablan muy bien de ella. Pero no hay manera de meter a los
turistas en la cama. Vitoria parece un itinerario obligado entre una noche en
Bilbao y la siguiente pernoctación en San Sebastián.
-A pesar de la crisis brutal
que golpea al oficio, yo me siento orgulloso de ser periodista.
-Sin considerarme un ‘vtv’
–quienes miden la bondad o maldad de todo en función de que sean o no de esta
ciudad- yo me siento orgulloso de ser vitoriano.
-Pero no defiendo patrias ni
banderas. Me reafirmo en las tres últimas palabras del himno de Andalucía. “Por
la humanidad”.
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Vitoria-Gasteiz 01/03/2013
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