Por Justo Jiménez Muñoz
Hoy en día es muy difícil el pasear por cualquier ciudad y encontrarte con una tienda de discos ya que, a pesar de que la música es una actividad que nos inunda allá por donde vayamos, poco más de 80 tiendas de carácter independiente, hay en el panorama estatal.
¿Que va ha ser de los empedernidos melómanos y de los románticos enamorados del sonido del vinilo?, porque haberlos los hay…
¿Nos tendremos que conformar con ferias de discos usados que esporádicamente pasan por alguna ciudad unas dos veces al año o tendremos que escudriñar en la red?
Que triste.
Con lo agradable y satisfactorio que es entrar en una tienda de discos, escuchar lo que en ese momento tenga puesto el dependiente, hablar con él de lo divino y de lo humano, poder pedir que te recomiende algún disco que te haga florecer ese sentimiento que toda música transmite, poder tocar, ver, oler, oír, sentir…
Afortunadamente hoy en día, en nuestra ciudad Vitoria-Gasteiz, podemos seguir disfrutando de una tienda de discos, “la tienda de discos”, desgraciadamente la única que nos queda. Y en ella, los amantes de la música, nos vamos encontrando.
Un espacio que, pese a contar con una inmensa variedad de secciones, destaca sobre todas ellas el jazz.
25 años en los que ha visto pasar a muchas personas amantes de la música, en sus variadas opciones y a las que se les trata como si fueran únicos en el mundo ya que, así es como se les debe tratar. Personas con las que conversar, con las que intercambiar opiniones y gustos musicales y, porqué no, sobre muchos otros temas en torno a la gran pasión que les une, la música.
Los que tenga ese sentimiento por la música me entenderán, y los que no, lo siento por ellos.
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Vitoria-Gasteiz 07/10/2011
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