“Una Taba, varios Dados, el Azar, un poco de Astucia con una dosis de Ambición y ha surgido el Mundo del Juego de Naipes…”
Aunque se desconoce el origen de los Naipes, todo apunta a que su nacimiento data de la segunda mitad del Siglo XIV en los Pueblos de Oriente y siempre en la consideración de su destino hacia el esoterismo y la adivinación, derivando posteriormente a aspectos educativos y mayoritariamente al juego. Puede que fuera el Tarot, por su fundamento y su aureola de misterio, quien propiciase su expansión y que por su composición indujese al orden de las barajas que utilizamos.
La misma fabricación del naipe, remontándonos a sus albores con sus limitadas y precarias condiciones, ha estado rodeada del aspecto subyugante que arrastra y nos cautiva, desde la creación por los artistas pintores, el proceso de impresión y corte, una auténtica artesanía y el secretismo de los materiales utilizados a fin de lograr la calidad deseada y exigida, que además debiera ser propia y única.
La historia del naipe está íntimamente ligada a la firma “Fournier” y, por extensión, a nuestra Ciudad. Desde los inicios, allí cuando en 1868, Heraclio Fournier, con sólo 19 años, se traslada de su Burgos natal a Vitoria, la evolución del mundo del naipe ha sido imparable, desarrollando y actualizándose tanto en líneas de trabajo relacionadas con los temas, como en su confección. Es importante reseñar que las muchas innovaciones que a lo largo del tiempo han ido mejorando y enriqueciendo la fabricación de naipes, siempre han estado supeditadas al más estricto control humano. Esto es irreemplazable.
Los éxitos son constantes y laboriosamente trabajados, alcanzando en 1889 el primer premio en la Exposición Universal de París. Su evolución le lleva a movilizar, en la actualidad, cerca de 16 millones de unidades anuales en todo el mundo. De particular interés hemos de considerar el amplio abanico entre los Casinos de los cinco continentes que utilizan sus barajas.
Trabajar en ese mundo es una experiencia única en la que, por suerte, he tenido la posibilidad de disfrutar a lo largo de mi vida laboral. De una pequeña imprenta en el centro de Vitoria, nos encontramos, en la actualidad, con modernos talleres y una relación internacional que nos sitúa como referencia de máximo prestigio en el mundo del naipe.
Hoy la más y mejor documentada y bellamente reflejada historia del Naipe, podemos conocerla y seguirla en interesantes colecciones y sobre todo en Museos. En este particular, hemos de recordar con orgullo, que en nuestra ciudad Vitoria-Gasteiz, podemos disfrutar del Museo Fournier de Naipes, reconocido como el mejor del Mundo en su género. Una auténtica joya.
Vitoria - Gasteiz 07/05/1998
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